Una
multitud estimadas en más de 2500 personas, participó de un evento sin igual
en el polideportivo de Villa Clara, el pasado sábado en oportunidad de celebrar los
113 años de la localidad, donde hubo momentos cargados de nostalgia, emociones
y mucha alegría.
Con la organización a cargo del Municipio, la
noche comenzó con una representación cargada de emociones y nostalgia a través
del Taller Municipal de Teatro que dirige el profesor Horacio Díaz y en la cual
se mostró el impacto dramático de los inmigrantes desde su partida en la lejana
Europa hacia estas tierras en busca de paz, trabajo y libertad.
Además de esas conmovedoras despedidas y una recorrida por esas voces inconfundibles de idiomas y canciones enraizadas en sus corazones, las que trajeron para compartir en esta tierra prometida, se pudo escuchar un relato que sintetiza la tremenda valentía de quienes emprendieron aquella odisea. Al final el encuentro con sus familiares al llegar a este nuevo mundo de oportunidades del que tanto les hablaron sus abuelos al partir, confundidos entre el público y con un enorme aplauso sucedió el cierre de la apertura de la gran fiesta. La apertura con una referencia y evocación al motivo de la fiesta estuvo a cargo de los conductores del espectáculo, Natalia López y Enrique Becker.
Las guitarras de los pequeños Dante Constantín y Francisco Demarziani, acompañados por el reconocido músico Eduardo Toto Chás, dieron comienzo a una noche donde la excelencia artística se puso de manifiesto brindando un breve recital instrumental”, demostrando el futuro que tienen estos jóvenes intérpretes.
Franco Peletti, un joven músico de San José de Feliciano, supo de entrada ganarse el público que lo esperaba y arremetió con las canciones que lo consagraron, incluso las de su autoría para atrapar a todas las familias que aplaudieron, disfrutaron y cantaron todo su repertorio. El folclorista Mario Bofill, con algunos problemas por una gripe y luego de sus actuaciones en la Fiesta Nacional del Chamamé y el Festival de Cosquín, pudo entregar junto a sus excelentes músicos su trabajo didáctico y de alto contenido enraizado en las expresiones del litoral y su entorno idiomático emparentado con el Guarán y prometió una actuación gratuita pidiendo disculpas al público por no extenderse en su actuación.
El humorista Ricardo Leguízamo recreó en un trabajo que aludía a personajes de Villa Clara, con relatos y canciones en varios pasajes donde las carcajadas resonaron en la noche de la fiesta y llegaron a todos los rincones de la ciudad.
Leguízamo supo conducir su espectáculo hacia los momentos en que sus remates no tenían casi respiro y se ganó el favor del público que lo premió con aplausos.
Como cierre de los festejos se vivió un espectacular show de fuegos artificiales y actuó la banda paranaense Pegó en el Palo que con su estilo de cumbia base hizo bailar a los jóvenes y mantener al público hasta el cierre de una noche que superó todas la expectativas.
Durante la fiesta se brindó un excelente servicio de cantina atendido por el grupo de padres de la escuela municipal de softbol, mientras el sector gastronómico quedó a cargo de las colectividades.
La entrada fue libre y gratuita y la gente concurrió con sus sillones playeros para seguir con total comodidad el desarrollo del espectáculo con un clima que brindó una noche fresca e ideal para un festejo por el cumpleaños del pueblo.
Además de esas conmovedoras despedidas y una recorrida por esas voces inconfundibles de idiomas y canciones enraizadas en sus corazones, las que trajeron para compartir en esta tierra prometida, se pudo escuchar un relato que sintetiza la tremenda valentía de quienes emprendieron aquella odisea. Al final el encuentro con sus familiares al llegar a este nuevo mundo de oportunidades del que tanto les hablaron sus abuelos al partir, confundidos entre el público y con un enorme aplauso sucedió el cierre de la apertura de la gran fiesta. La apertura con una referencia y evocación al motivo de la fiesta estuvo a cargo de los conductores del espectáculo, Natalia López y Enrique Becker.
Las guitarras de los pequeños Dante Constantín y Francisco Demarziani, acompañados por el reconocido músico Eduardo Toto Chás, dieron comienzo a una noche donde la excelencia artística se puso de manifiesto brindando un breve recital instrumental”, demostrando el futuro que tienen estos jóvenes intérpretes.
Franco Peletti, un joven músico de San José de Feliciano, supo de entrada ganarse el público que lo esperaba y arremetió con las canciones que lo consagraron, incluso las de su autoría para atrapar a todas las familias que aplaudieron, disfrutaron y cantaron todo su repertorio. El folclorista Mario Bofill, con algunos problemas por una gripe y luego de sus actuaciones en la Fiesta Nacional del Chamamé y el Festival de Cosquín, pudo entregar junto a sus excelentes músicos su trabajo didáctico y de alto contenido enraizado en las expresiones del litoral y su entorno idiomático emparentado con el Guarán y prometió una actuación gratuita pidiendo disculpas al público por no extenderse en su actuación.
El humorista Ricardo Leguízamo recreó en un trabajo que aludía a personajes de Villa Clara, con relatos y canciones en varios pasajes donde las carcajadas resonaron en la noche de la fiesta y llegaron a todos los rincones de la ciudad.
Leguízamo supo conducir su espectáculo hacia los momentos en que sus remates no tenían casi respiro y se ganó el favor del público que lo premió con aplausos.
Como cierre de los festejos se vivió un espectacular show de fuegos artificiales y actuó la banda paranaense Pegó en el Palo que con su estilo de cumbia base hizo bailar a los jóvenes y mantener al público hasta el cierre de una noche que superó todas la expectativas.
Durante la fiesta se brindó un excelente servicio de cantina atendido por el grupo de padres de la escuela municipal de softbol, mientras el sector gastronómico quedó a cargo de las colectividades.
La entrada fue libre y gratuita y la gente concurrió con sus sillones playeros para seguir con total comodidad el desarrollo del espectáculo con un clima que brindó una noche fresca e ideal para un festejo por el cumpleaños del pueblo.
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