La Policía de Entre Ríos, a través de la Dirección Prevención de Delitos
Rurales, informa a la comunidad sobre un procedimiento efectuado por la Brigada
Abigeato de GUALEGUAYCHU, relacionado a un hecho delictivo que debieron sufrir
dos productores ganadores que son socios en la cría de hacienda vacuna, quienes
descubrieron la desagradable novedad que fueron visitados por los indeseados
cuatreros, que provocaron un gran perjuicio en las arcas productivas de ellos,
ya que en el campo de 30 hectáreas que arriendan, ubicado sobre Ruta Provincial
16 a 2 km de Ruta Nacional 14, les habían carneado 6 vacunos, para llevarse
toda la carne de los animales más tiernos -terneros- y solamente los cuartos y
paletas de las vacas. La intervención brigadista a cargo del Oficial Inspector
Favotti Juan fue clave para el desenlace de una investigación que con el correr
de las horas arrojo resultados altamente favorables, puesto que se estableció
que la mayoría de los animales fueron muertos por disparos de arma de fuego y
en secuencias de tiempo diferentes, para luego oportunamente ser despostados y
arrastrados hacia un sector del "campo lindante a una chacra vecina",
donde se debieron cortar los alambrados para culminar con la acción ilícita y
poder darse a la fuga. Estos elementos, más el olfato de todo buen policía hizo
plantear que uno de los autores no estaría demasiado lejos, fundamentalmente
por los elementos de prueba levantados en la escena del masivo abigeato. Ya con
la participación del Oficial Principal Vega Rodolfo se logra una orden de
allanamiento para "nada más y nada menos" que al vecino de los
damnificados -José María- quien es el cuidador del terreno campestre lindante,
porque se tenía la certeza que era uno de los cuatreros, razonamiento que
resulto acertado cuando se requisó el inmueble y sus inmediaciones donde vive
transitoriamente, al encontrarse sobre un freezer una escopeta de dos caños
calibre 16 mm, además de elementos cortantes y de afilar con restos de pelos y
sangre vacunos, para luego en el dormitorio sobre una cama una carabina calibre
22 mm largo con silenciador montado y mira telescópica -calibre similar al
utilizado para ultimar los bovinos-, mientras que sobre la mesa ropa con
evidentes signos de estar manchada con sangre animal, y en la heladera carne
con restos pilosos y de tierra, "todos estos elementos por guardar
relación con la causa investigada son secuestrados", al igual que
vestimenta con sangre oculta en la parte externa de la morada, como también lo
hallado en un corral de chanchos, que eran varios restos cárnicos vacunos
-huesos, carne, cuero- que estaban comiendo los porcinos. Todas estas
evidencias comprometían al inesperado vecino infiel, pero mucho más
sorprendente fue cuando en la requisa domiciliaria se encontró una diversidad
de herramientas que llamaban su atención por su cantidad, que a la postre se
descubrió que por los menos pertenecían a tres hechos delictivos diferentes,
perpetrados a IGNACIO, PABLO y FEDERICO, inclusive siendo habitantes de las
cercanías del procedimiento -hasta un testigo de acta reconoció elementos que
le fueron robados-, dejando ya definitivamente entrever que al malhechor
investigado "todo lo ajeno le quedaba bien" si eran de vecinos mucho
mejor. Ante esta situación judicial comprometida, José María fue trasladado
a la Jefatura Departamental, mientras otra comisión brigadista a cargo del
Comisario Principal Palacios procedió allanar el domicilio legal del cuatrero,
situado sobre calle Tropas, donde los resultados fueron los mismos, ya que
también se encontró mucha carne vacuna dentro de un freezer con restos de
tierra y pelos, demostrando ser una faena propia de matreros a campo traviesa y
de similares características a los semovientes cuatrereados, pero siendo
concordante con el mandamiento anterior en su contra, puesto que también se
hallaron otros objetos de dudosa procedencia, como herramientas, alambrados,
etc..-
jueves, 13 de agosto de 2015
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