En un momento dado narró una situación por demás risueña, cuando manifestó que cuando era niño por las noches salia y miraba el cielo, y su madre habría consultado a un tal laballena o algo así y este le habría dicho que este niño poseía un "don"...
Hoy alertado por un vecino fui a realizar algunas fotografías al lugar, ya que me resultaba medio extraño que la gente acuda al lugar.-
Cuando era chico me dijeron que había una enfermedad llamada "culebrilla", como se conoce vulgarmente a un tipo de herpes que si no es tratado como corresponde puede resultar mortal, que solo curaban los curanderos, pero cuando fui grande supe que la ciencia tiene los recursos para combatirla.-
En todas las épocas, pero más aún en las de crisis, abundaron los curanderos y “manosantas”. Son esos milagreros que, a cambio de algún dinerillo, (siempre dicen no cobrar, es a voluntad) despejan los males que aquejan a quienes los van a consultar.
Algunos de ellos, los menos, probablemente posean algún don que les permita conocer los vericuetos extraños de los problemas extraños. Pero la mayoría, lamentablemente, no hacen más que sacar partido de la desgracia ajena merced a falacias bien aprendidas y arteramente usadas.
Tienen métodos preestablecidos para “diagnosticar” la dolencia de sus pacientes, la casi totalidad de ellos saben, por experiencia, que quienes concurren a sus “consultorios” lo hacen por tres posibles motivos: salud, dinero y amor. No hay otras razones y ellos, los “sanadores”, lo manejan muy bien. Para saber cuál de las tres posibilidades es la determinante utilizan un cuestionario que va llevando a los “pacientes” hacia una “confesión” detallada de todos sus pesares.
En fin.... el que quiera creer que crea, yo me mantengo escéptico en este tema.-
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