Hoy, en Argentina, se celebra el “Día Nacional de la Policía”
(también llamado “Día del Obrero Policial”), una jornada en honor de
estos profesionales de la violencia institucionalizada y que, por ello,
no siempre tienen la comprensión que su trabajo (nada sencillo) merece.
La elección de la fecha deriva a que tal día como hoy
de 1947, se sentaron las bases del actual Convenio Policial Argentino y
en 1983, se aprobó el Reglamento de esta Organización.
Es un “Día de” oficial (Decreto 368/99, de 16 de abril).DÍA NACIONAL DEL POLICÍA
Se establece el día 19 de abril de cada año como el “día nacional del policía” debido a que se esa fecha, en 1947 se sentaron las bases del actual Convenio Policial Argentino y en forma coincidente con el día 19 de abril de 1983, se aprobó el reglamento de esa organización.
Para la historia de todos los policías argentinos perdurará la fecha de un 22 de abril de 2005 cuando en la ciudad de Paraná se inauguró el único monumento nacional al policía como testimonio representativo de todos los servidores del orden a nivel nacional.
19 de abril – “Día Nacional del Policía” Cuando patrulles la ciudad y sientas tuya y te engrandezca la misión de su custodia, aunque lejos de tu tierra y de los tuyos. Cuando veles por el sueño de los otros y les cubras con el manto de tu guardia; Cuando el eco de tus pasos en la noche, represente la paz en cada esquina, bajo el sereno control de tu mirada; Cuando el frío y el sol muerdan tu piel, sin que se mueva un músculo en tu cara; Cuando el miedo penetre en tus entrañas y se encuentre cara a cara con tu fe, sea esta cual sea; Cuando tengas la humildad de los valientes, para ordenar hacer lo que más cueste y los hombres te sigan por ti mismo, aunque vayas incluso hacia la muerte; Cuando impongas respeto y disciplina, con tu sola presencia ante quien sea; Cuando nadie juzgue tu conducta, porque no des lugar para que lo hagan, y el código de honor que guíe tus actos, marque el norte vital de tu existencia; Cuando la mirada del hombre de otra raza, del pobre o del adicto no encuentren en tus ojos recelos ni reproches; Cuando en ese amanecer en que la noche se ha llevado a un compañero mires al Cielo agradecido a Dios por ver de nuevo el día, que en el llanto de huérfanos y viudas encuentres para luchar tu luz y guía; Cuando el surco caliente de una bala, rompa el espejo negro del silencio Cuando florezca un clavel ensangrentado en tu pecho o en el del compañero y eleves al Señor una plegaria, sin rencor, ni queja, ni lamento; Cuando debas tirar y tu disparo sea sin odio y a la vez certero; Cuando aceptes morir solo en la calle, teniendo como mortaja el firmamento y aspires a formar junto a los otros, que hacen guardia entre los luceros; Cuando seas imparcial contigo mismo, sin creerte poseedor de las verdades; Cuando puedas reprimir impulsos propios, desechando egoísmo, envidia y vanidades y logres irradiar, sin falsas poses, esa hombría de bien con que se nace; Cuando estés consciente totalmente de tu hermosa misión en esta tierra; Cuando no te encandilen los honores, ni el poder se te suba a la cabeza y el dinero no pueda doblegarte, ni ponerle precio a tu decencia; Cuando eso consigas con tu esfuerzo, recién entonces habrá llegado el día en que puedas gritarle al universo, por la Gracia de Dios…soy POLICÍA.
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