Marzo, 1.
A un día de la primer clase del ciclo lectivo 2015, que lamentablemente será en las calles.Escribo esto con angustia, con desgaste, con cansancio, por leer y escuchar a tantos otros pobres como yo, criticar sin piedad la lucha docente, que incansable y resistida, sigue siendo el sector indomable que no se entrega, que no logran poner de rodillas. De los oficialistas obligados a "pegarles" a los que por pensar distinto se nos tilda de opositores, gorilas, golpistas, etc.. es entendible que sientan presiones y deban salir a matarnos llenando sus voces con descalificativos hacia los maestros por el NO INICIO. Es irónico que tantos ñoquis que llegaron a puestos por dedo y favores políticos, hoy nos tilden de vagos y charlatanes a los docentes. Y que tantos funcionarios que cobran más de $80000 al mes, pidan mesura a los educadores, y sostengan que con $5000 durante 30 días se pueda vivir con todas las necesidades cubiertas.
Los fanatismos nunca fueron buenos. Atar las ideas a un partido político y atacar a todo el que no comparte esas ideas, me parece triste y de ignorante. Hay gente que se envenena y va "takleando" a todo el que no apoya este "modelo" de país. A esa gente, que se coloca la remera K y pierde hasta los principios que dice defender, para ganar los debates, tapar el sol con un dedo y creerse la realidad que ellos se inventan, les digo... así como en los clubes de fútbol sucede: los partidos pasan, los dirigentes pasan, los gobiernos pasan. Pero si algo no dejaré de ser nunca, es docente. Para eso estudié, me formé, puse sacrificio y entrega, y es esa la única camiseta que siempre defenderé, mi chaqueta blanca, ante este o cualquier otro partido de turno que nos trate de denigrar.
Que los chicos pagan las consecuencias de un estado ausente en educación, eso es cierto. Pero no tendría la moral necesaria para pararme en un aula este Lunes, mirar a mis alumnos a los ojos, y hablarles de futuro, resignada a un salario miserable y con ello, resignada al desprestigio, a los dichos populares que nos dejan como pobres muertos de hambre, ejerciendo una de las profesiones más nobles que existen.
Los maestros hemos sido golpeados en nuestra dignidad. Nos han sometido a la humillación de trabajar todo el mes, y no alcanzar a ganar lo necesario para vivir dignamente todo el mes. Y si acaso, me equivoco, y el gobernador cree que un docente no tiene derecho a hacer uso del derecho a huelga, porque cobra un salario que le permite cubrir todas las necesidades durante 30 días, entonces que a partir de marzo junto a nuestro bochornoso aumento, el comience a cobrar $5730 y que el resto lo ponga en las escuelas. Arregle los techos, limpie los tanques de agua, corte el pasto, pinte los pizarrones, compre material para los chicos. O que con eso le brinde boleto gratuito a los docentes que viajamos de una ciudad a la otra o de la zona urbana hacia el campo, y padecemos frío, calor, lluvia y peligros al costado de la ruta haciendo dedo. O mejor aún, que se armen clubes de fútbol en los barrios en los que doy clases, y se combata el narcotráfico, para que mis alumnos no tengan otro destino indiscutido que la droga y la delincuencia. No sé, tantas cosas se me ocurren con tanta plata que se les va a los entrerrianos pagando el sueldo de un HIPÓCRITA, que habla de la responsabilidad docente cuando hacemos paro, pero denigra esa misma enorme responsabilidad cuando nos tiene que pagar un mejor sueldo. Hipócritas también, aquellos padres que hablan de nuestras ganas de trabajar, y en el verano ni nos vieron en la calle, porque las guarderías que ellos creen que son las escuelas, estaban sin funcionamiento. Y no conformes, nos hablan de falta de amor a los chicos por adherirnos a una medida, pero luego durante todo el año no se preocupan ni por mirarles el cuaderno a sus hijos. A Dios gracias hoy son muchos los padres que me han brindado su apoyo, porque aquellos que están presentes en la vida de sus hijos, pelean a la par nuestra por una mejor calidad educativa en toda la provincia.
Estoy cansada de los mugrosos, que hablan de "los niños" y su futuro, de mucho traje y corbata, pero serían incapaces de abrazar a uno envuelto en mocos, con olor a suciedad y abandono, sino hay una cámara de por medio.
Nosotros tapamos los huecos. Los huecos con falta de amor en el corazón de un nene golpeado. Los huecos de indiferencia de aquel que dice "pobrecito" y le da monedas en un semáforo y se cree que los ayudó. Y luego mira para otro lado... nosotros convivimos día a día con esos gurises con hambre, con violencia, con ausencias, y tenemos que intentar que hagan a un lado sus duras vidas y entiendan de números, de letras y mapas. Y no sólo eso, sino decirles que con estudio y trabajo, van a cambiar esa realidad un día. Pero se hace muy difícil si ven que aquellos que estudiamos y trabajamos no llegamos ni a fin de mes.. un salario justo para los trabajadores, sería el mejor PLAN para crear en los jóvenes la idea de que con estudio, uno puede tener una buena calidad de vida.
Yo mañana doy mi primer clase en la calle. Voy a estar enseñándoles a ser rebeldes en contra de lo injusto. A pararse sin miedo ante cualquier poder, sin armas y sin violencia, pero con toda la fuerza y la convicción de que luchar por lo que merecemos, es hacer grande la patria.
Hemos naturalizado la idea de los maestros que hacen cien roles más que los que les pagan. Lo hemos naturalizado los mismos docentes. Y eso habla de la enorme y maravillosa labor que llevamos adelante. Si nos enfermamos, es porque debemos tener tres o cuatro trabajos para llegar a fin de mes. Somos los únicos profesionales que debemos explicar por que tenemos un auto, a donde y cómo nos fuimos de viaje, con qué arreglamos la casa, etc etc. Así me sobrara el dinero por otros ingresos, seguiría exigiendo un mejor salario porque creo que educar personas, es una de las funciones sociales más importantes que existen.
Pero ya no escribo más, dejaré que las imágenes hablen. Mi escuela, mi diaria labor, mi entrega cotidiana.
Soy maestra con vocación, pero con eso lamentablemente,no pago comida, ni remedios, ni impuestos.
Soy maestra con vocación, pero con eso lamentablemente,no pago comida, ni remedios, ni impuestos.
Los que atentan contra el futuro de los chicos, son los que provocan la desigualdad social, no los que luchamos contra ella.
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