Señores de Infor-Villaguay
Me dirijo a Ud., debido a que ya no sé a
quién recurrir, ante un pedido desesperado que vengo haciendo desde el mes de
marzo del corriente, ante las autoridades de la Defensoría de Pobres y Menores,
de la ciudad de Villaguay, sin lograr respuestas, respecto de la situación de
mi nieta CELESTE (12), de quien he tenido la tenencia provisoria desde poco
después de su nacimiento.
Esto fue así hasta el mes de marzo, a poco
de comenzar las clases de la niña, donde por disposición del Dr. Carubia,
Defensor de Pobres y Menores de nuestra ciudad y a solicitud expresa de la madre
natural (o sea, mi hija Alejandra), debía la niña vivir con su madre natural,
para darle, según el letrado, «la oportunidad a la madre de serlo».
La cuestión es que a mi hija ALEJANDRA, le
retiraron la menor en aquel entonces, por su problema de abuso de las drogas, a
pesar de una internación en un centro de rehabilitación de casi un año, sumado
a que mi nieta debió con tan sólo un año de vida, presenciar el asesinato de su
propio padre, en el año 2004, después de una fiesta de drogas en la ciudad de
Paraná, donde corrió serio riesgo de vida.
La situación de mi hija ALEJANDRA, no se ha
modificado hasta el día de hoy, de hecho ha empeorado con los años, a pesar de
haberse casado y tenido dos hijos más, de 7 y 1 año de edad. Aun así, y SIN
NINGU-NA INVESTIGACIÓN O ESTUDIO PREVIO PAIRA VERIFICAR SI EL AMBIENTE ERA EL
RECOMENDABLE PARA UNA NIÑA DE 12 AÑOS, esque dispone que esta niña pase a vivir
con su madre, el esposo de ésta, y sus dos hermanos, a pesar de que ninguno de
los adultos de esa familia cuenta con un trabajo ni estable, ni no estable,
bajo la promesa de que serían controlados por el COPNAFy bajo el compromiso de
la nueva madre de llevar semanalmente a CELESTE al psicólogo.
No solamente que jamás pudo tener esta
familia una visita del personal especializado del COPNAF, ya que de ser así,
debieron verificar que en esa vivienda, existe permanentemente la reunión de
gente de muy mala reputación, lugar donde se juntan a beber alcohol y drogarse
hasta muy altas horas de la madrugada (puede ser esto comprobado por sus
vecinos), sino que además, no consta más que de una sola asistencia al
psicólogo, en la Sala de Primeros Auxilios del Barrio San Judas para mi nieta.
A pesar de ello, la disposición sigue en
pie. Ni hablar del desmejoramiento en lo concerniente a notas escolares y de
conducta; del aspecto físico y hasta de higiene que se puede ver en CELESTE,
sumado a la adquisición de un vocabulario muy vulgary actitudes que jamás
fueron comunes en ella, y a pesar de la opinión firme del psicólogo (al que
asiste desde que me he ocupado de ello) de que la niña no debió ser retirada
nunca de su hogar.
Todo esto ha sido oportunamente comunicado
al
Dr. Carubia, en vano por supuesto. Por otra
parte estoy convencida también de que CELESTE está presionada, o trabajada
psicológicamente, con la promesa de vivir con sus hermanos y vaya a saber qué
otra cosa, para no levantar la voz y decidir no querer esa vida desordenada.
Siento que se estropearon doce años de
educación y dedicación absoluta a una niña a la que amo con todo mi corazón.
Siento que nadie me oye ante mi pedido desesperado, el dolor y la impotencia,
al intentar rescatar a CELESTE, que está en riesgo, que se encuentra inmersa en
un mundo desconocido; con el contacto con gente de ese ambiente, debiendo
incluso conocer lo que son allanamientos policiales por sospechas de delitos en
relación a lo mismo.
A mi humilde ver, es una niña en peligro,
mi niña, pues es más mía que de nadie (a pesar de la ley que inculca que los
hijos deben estar con su madre natural) se encuentra en un muy serio riesgo,
quisiera que por escrito alguien me indique lo contrario.
He solicitado por todos los medios,
inclusive recurriendo a un abogado particular, sin lograr respuestas. No soy
escuchada, todo lo dispuesto, solo lo ha sido de palabra o por comunicación
telefónica, y la verdad me siento agotada; muy angustiada; y desesperada de que
en cualquier momento, ocurra nuevamente, lo peor.
Y para sumar a la situación desde el pasado
martes, me es impedido incluso mi derecho a las visitas de fin de semana, y
hasta las tardes de los martes, que pasábamos en la sala de espera para su
atención psicológica. Este desmejoramiento no sólo fue padecido por mí, que he
criado a esta niña como propia, en cada visita de fin de semana, siempre y
cuando a la madre se le antojó respetar mi contacto afectivo, sino también
advertido por la gente que me rodea y que conoció el antes y el después de mi
amada nieta. Puedo citar muchos testigos. Muchos.
No ha sido mi Intención agobiar con mi
relato, el cual es muy resumido, por cierto, es éste básicamente mi último
recurso, antes de resignarme, y ver como se arruina la vida de una niña que
pudo ser más o que pudo ser simplemente más normal, pero no lo será, por la
responsabilidad judicial, o digámoslo como suelen explicarme los magistrados
profesionales de Defensoría, por culpa del 'librito', que establece que los
hijos deben estar a cualquier precio, con sus padres biológicos. No puedo
interpretarlo de otra forma.
Necesito urgentemente que alguien me ayude.
Espero que un responsable, tome una medida favorecedora, no para mí, ni para su
madre biológica, sino para mi amada nieta, CELESTE, y si se quiere, con
voluntad, pido también el seguimiento de mis dos otros nietos, que
indefectiblemente corren la misma suerte.-
Ramona Beatriz Gauto DNI14357673
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